Carmen Carrazquez photography
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Los 90’s en el estudio Carmen Carrazquez

 

 

Autorretrato ©carmen carrazquez

 

 

 

Esta pequeña serie de fotografías es un homenaje a todos aquellos artistas que llenaron el estudio de color. Música, plumas, lentejuelas…fueron la tónica diaria de aquellos años dorados…

La temática expuesta era parte de la vida misma y de nuestra gente. Poniendo el acento en el interés humano, en una ciudad viva de siempre y donde las fotografías dotan a su vez de un contenido social. 

 

Los 90 en el Estudio Carmen Carrazquez

Esta pequeña serie de fotografías rinde homenaje a todos aquellos artistas que llenaron el estudio de color y creatividad. Música, plumas, lentejuelas… Eran la esencia diaria de aquellos años dorados, una época de esplendor en la que la expresión artística rompía moldes y abría puertas a nuevas formas de entender la identidad y el arte.

Los 90 llegaron a Barcelona con un halo de modernidad y cambio. La ciudad, efervescente y en plena transformación, se preparaba para las Olimpiadas de 1992, un evento que no solo renovó su urbanismo, sino que la posicionó como un referente cultural en el mapa mundial. Freddy Mercury y Montserrat Caballé, con su icónica canción Barcelona, pusieron banda sonora a este renacimiento, mientras las emisoras de radio la convertían en un himno no oficial de la época.

En paralelo, Barcelona y Madrid se consolidaban como destinos emblemáticos para la comunidad LGBTQ+, con una explosión de bares, discotecas y restaurantes que ofrecían espacios seguros y vibrantes para la celebración de la diversidad. Transformistas, travestis y drag queens se convirtieron en auténticas estrellas de la noche. En Barcelona, nombres como Carmen de Mairena, inmortal en las tablas de El Cangrejo, y La Concha del Raval, templo kitsch consagrado a Sara Montiel, dejaron una huella indeleble en la escena nocturna.

El transformismo floreció como una forma de arte, dejando atrás prejuicios y ganando un público amplio y diverso. Espectáculos cargados de ingenio, humor y talento redefinieron la percepción de este género, desterrando etiquetas de vulgaridad para darle un lugar en la cultura popular.

Las fotografías del Estudio Carmen Carrazquez capturan más que momentos; son testimonio de una época donde el arte servía como refugio y espejo de los cambios sociales. Cada imagen, con sus luces y sombras, refleja la humanidad de sus protagonistas: sus sueños, sus desafíos y su determinación por existir en un mundo que, a veces, no terminaba de entenderlos. Estas imágenes no solo celebran el espectáculo y el glamour, sino que también invitan a reflexionar sobre el valor de la autenticidad, la resiliencia y el impacto que estas figuras tuvieron en la conquista de derechos y libertades que hoy consideramos fundamentales.

El estudio no fue solo un espacio artístico, sino también un observatorio social, un lugar donde la diversidad y la creatividad se encontraron para tejer historias que todavía resuenan en nuestra memoria colectiva. Fue, sin duda, su Época Dorada: un recordatorio de que el arte tiene el poder de transformar no solo el presente, sino también nuestra forma de mirar al pasado y soñar con el futuro.